sábado, 8 de octubre de 2011

Propuestas


La salud social.

Es hora ya de "coser" los retales e iniciativas que han dado lugar a los últimos movimientos sociales. Se necesita una "olla social" para cocinar todos los ingredientes que nos pongan, en la mesa, una buena receta para la salud social.

Qué hacer....???? en fin... primero hacer un análisis de la situación. Más adelante, una visión retrospectiva que nos ponga sobre antecedentes. Ver como se han resuelto crisis de calado semejante y el diferente tratamiento que los poderes y las instituciones le están aplicando a la crisis actual. 

Diría yo que, para comenzar y no dejándonos llevar por lo urgente, es necesario definir el alcance de la crisis. Hacer un buen diagnóstico nos conducirá a plantear las salidas necesarias. 

A la del empleo y las finanzas hay que añadir la de los partidos, la justicia, la educación, la del clima y la más importante de todas: la de la buena gente. Si no damos un enfoque global a la crisis no encontraremos los caminos para buscar un paso adelante en la democracia. Un nivel superior.

Esto no lo digo yo. Conocidos personajes de la política hablaban de la refundación del capitalismo hace muy pocos meses. Entre otras cosas, este planteamiento ha desatado el actual acoso de "los mercados",  empeñados en demostrar a los políticos quien tiene la sartén por el mango. 

No son solo la defensa de determinados niveles de beneficio. Ahora pretenden hacernos creer que "el dinero" no hace política. El capital tiene sus partidos políticos e importantes medios de creación de opinión, hábitos y modismos. Buena parte del capital es "materia oscura" que, como vulgares mafias, tienden a participar en todas partes para sus fines exclusivos. No seamos incautos. Otra cosa es que en determinados ámbitos y niveles de gobierno no se puede hacer gala de este talante.

Es reconfortante ver la acción de los bancos centrales, en el día de ayer, para decirle a los especuladores -el poder oscuro- que los ciudadanos no esperamos, de nuevo,  otra edición más del feudalismo capitalista.

Reconozcamos, también, que esta crisis no debe llevarnos a una confrontación bélica a nivel mundial, cosa que sí ha pasado en otras ocasiones, en medio de crisis de parecido calado. Hemos avanzado, la ciudadanía y las instituciones. Pero estemos atentos. 

Siempre hay tentaciones de repetir fórmulas pasadas. Destruir, para reconstruir de nuevo, fronteras, capitales, ideas y personas han sido la receta para salir del gran fracaso del siglo pasado. El primero, porque el segundo lo ha sido la experiencia del "socialismo real", lamentablemente. 

No desaprovecharé la oportunidad para decir que, el fracaso, es más de las personas y del instrumento -el partido único- que de las ideas, aunque algunas -han sido formuladas hace muchos años- habría que reconsiderarlas, en profundidad.

No por evidente -aunque poco habitual- es necesario recordar a quienes han estado en la política,  a los que siguen en ella -aunque algunos hayan olvidado el motivo- y a los desencantados, en general, que LA POLÍTICA no es el tiempo que se tarda en recorrer la distancia que hay entre lo que se quiere y lo que se puede, sino que, es el arte de establecer objetivos y el de conseguir aliados que permitan recorrer ese camino en el menor tiempo posible.

Es, por tanto -el tiempo- un elemento clave, aparte de los objetivos. 

La primera forma de acercarse al cambio necesario, es variar el tiempo político. 
Hay que pensar, desde el primer día, a plazos cortos, medios y largos, pero estableciendo los objetivos, los calendarios precisos y los necesarios períodos de transición. 
Otra cosa es la forma de evaluar los progresos de esos programas, así como la de encontrar a personas capaces en conocimientos -y en ética- para recorrer el, a veces, largo camino. También es evidente que no es suficiente con unas elecciones cada cuatro años. Hay que superar eso. 

Haremos propuestas concretas que afectarán al modo interno de los partidos políticos y del poder judicial, la creación de la figura de los "consejos de notables" en todos los niveles administrativo-políticos y la figura del referendum como hábito principal de aprobación de diferentes propuestas -sobre asuntos de interés general- en todos los niveles del poder político-territorial (local, autonómico, estatal).


Todo ello supondrá un enfoque diferenciado -que llamaremos "Salud social"- a los planteamientos clásicos en temas como la economía, la fiscalidad, la ecología, los partidos políticos, la justicia y sus órganos, la ciudadanía y las ciudades.
Será presentada esta propuesta en tres fases que llamaremos: Plataforma, Ruta y Legado. 


Además de todo ello, presentaremos otra propuesta -a perfilar y enriquecer- para su traslado a todos los ámbitos posibles y, con vocación de universalizar, para que sea como "un cordón umbilical" que conecte a las sensibilidades en marcha para superar esta crisis y establecer "nuevas verdades" sociales y económicas.

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